" Casas blanquísimas reflejando el sol, rodando cuesta abajo hacia el mar mientras se silba la inolvidable música compuesta por Carmelo Bernaola. O pedalear hacia arriba, hacia el cielo, con un extraterrestre en la cesta delantera, hasta despegar las ruedas del suelo y recortar tu silueta en la Luna. Imágenes de la infancia. De carreras en pueblos y costas. De vacaciones que nunca acababan. De horas de digestión y susurros en la siesta para no despertar a los mayores. Para varias generaciones de españoles, pensar en bicicletas es retrotraerse a la niñez. Al Verano azul de Nerja y al ET de Spielberg. A Elliot y al Piraña. Muchos de aquellos niños de entonces, hoy adultos, siguen utilizando sus bicis con una idea tal vez más prosaica pero igual de provechosa. Montar en bici siempre es volver un poco a la niñez.
Tal vez por eso este vehículo goza de una excepcional imagen: la mitad de los españoles piensa que mejora la movilidad en las ciudades y que ayuda a preservar el medio ambiente; además, un 40% ve también la bici como un elemento de ocio saludable. Según el barómetro de 2015 publicado por la Red de Ciudades por la Bicicleta casi todo el mundo sabe montar en bici (el 90% de los españoles), sin embargo, sólo un 10% la utiliza a diario. Puede que muchos de los que dudan en ponerse a pedalear lo hagan por una evidencia que exige un cambio: en las ciudades más pobladas, con una mayor densidad de tráfico, la bicicleta y los coches compiten por un mismo espacio… y pierden los que pesan menos.
Según un estudio de la plataforma Ponle Freno, un tercio de los ciclistas han tenido alguna vez un accidente, porcentaje que aumenta hasta el 45% entre aquellos que la utilizan a diario. Sin embargo, sólo en un 40% de los casos los conductores de las bicicletas cometieron algún tipo de infracción. Como en muchos otros campos, la tecnología puede echar una mano para resolver un problema que no sólo salvará vidas de ciclistas, sino que suma en la dirección de las nuevas ciudades sostenibles.
Vodafone Smart Jacket, un prototipo de chaqueta inteligente desarrollado por la universidad de Delft junto con la Asociación de Ciclistas Holandeses, incorpora un pequeño ordenador que, conectado al smartphone, hace más segura la conducción urbana. A través de una aplicación móvil en la que se especifica la ruta que se seguirá por la ciudad y un sistema de leds, la chaqueta señaliza los movimientos que va a realizar el ciclista y le permite también agradecer al resto de vehículos cuando le facilitan una maniobra. Esta app, además, impide recibir llamadas mientras se conduce limitando así las distracciones, una de las mayores causas de accidentes. De momento, la Vodafone Smart Jacket ha sido probada con éxito en Amsterdam y se encuentra en fase de desarrollo. Su llegada, como la de otros wearables con funciones similares, será un aporte más en el crecimiento de un vehículo que, lejos de pasar de moda, gana usuarios cada día."
Fuente: one.elpais.com
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