" En una de esas declaraciones para enmarcar y colocar sobre la mesa del despacho de todos los directivos de los grandes medios de comunicación, Jeffrey L. Bewkes, CEO de Time Warner, se permitió ironizar en 2010 acerca del futuro de Netflix y la amenaza que suponía para el negocio de producción y distribución audiovisual: “Es como si alguien preguntara: ¿va el ejército de Albania a conquistar el mundo? No, yo creo que no”. Bewkes continúa siendo una de las personas más influyentes del negocio, pero resulta evidente que no ha llegado hasta la cima gracias a sus capacidades adivinatorias. Porque hoy, tan sólo seis años después, el ejército de Albania avanza a un ritmo demoledor y no parece que exista nadie capaz de frenar sus huestes.
El pasado 6 de enero en el CES de Las Vegas Reed Hastings, CEO de la compañía, anunció que Netflix expandía sus servicios hasta 190 países. Lo habían hecho: el mundo había sido conquistado. El valor de las acciones de lo que comenzó siendo un servicio de alquiler de cintas de vídeo por correo subió en 2015 un 130%, alcanzando unos ingresos totales de 1.823 millones de dólares y 75 millones de usuarios.
El secreto que ha llevado a Netflix a convertirse en un canal global de contenidos en Internet, la piedra filosofal que busca cualquier productor y distribuidor audiovisual, es haber acertado con lo que desean los usuarios. Chris Jaffe, vicepresidente de innovación de la compañía, asegura que los datos que recogen de cada persona que se conecta a su plataforma les permite saber cuáles son sus gustos, qué es lo que busca, así como cuándo y desde qué dispositivo prefiere consumir el contenido. Toda esta información no sólo es interesante para recomendar a cada persona la película o la serie del catálogo que pueda interesarle, sino también para que los creadores sepan hacia dónde dirigir las líneas maestras de sus nuevos títulos. De alguna manera, cuando alguien se conecta a Netflix, está decidiendo al mismo tiempo cuál será el género y la trama de las siguientes producciones de la plataforma.
La anunciada televisión del futuro, con nichos de espectadores cada vez más específicos, en la que cada uno decide los contenidos que quiere consumir y el ritmo de consumo parece haber llegado. Jaffe tiene claro que en estos tiempos un creador o distribuidor ya no puede arrogarse la autoridad para decidir qué es lo que tenemos que ver; es justo lo contrario: “Nosotros no tenemos todas las respuestas, son los usuarios quienes las tienen. Nos entusiasma emprender este viaje de aprendizaje con ellos”.
Texto: José L. Álvarez Cedena"
Fuente: one.elpais.com
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