" Hace unos años debatíamos si las cámaras compactas acabarían extinguiéndose ante el auge de los móviles con cámara y hoy, aunque extinción quizás suena un poco fuerte, podemos decir que efectivamente los móviles ganaron la batalla para el público casual, y terminales como los Galaxy S7, el Huawei P9 o los Google Pixel no hacen si no reafirmar la victoria del móvil sobre las cámaras de bolsillo.
Sin embargo, a pesar de los avances tecnológicos, todavía existen limitaciones a tener en cuenta a la hora de disparar fotos con nuestros móviles como la ausencia de zoom óptico o el rendimiento con poca luz. Para poder conseguir los mejores resultados, hemos elaborado una guía de consejos imprescindibles a la hora de hacer fotos con tu smartphone Android.
Conoce tu hardware...
El primer paso para poder sacar partido de una cámara es conocerla bien, tanto si es una réflex como, en este caso, la del móvil. Una visita a la web del fabricante nos dará datos clave que son importantes antes de empezar a disparar.
Saber la resolución está bien pero, si podemos ir más allá, detalles como el tamaño del sensor o el de los propios píxeles resultan tanto o más importantes que los megapíxeles, y lo mismo sucede con la apertura de la lente o número 'F' (cuanto más bajo sea, mejor) ya que cuando más luminosa sea, mejor funcionará en condiciones en las que la luz escasea.
El estabilizador de imagen es otro aspecto clave a la hora de hacer fotos con poca luz y también al grabar vídeos (para minimizar temblores). Los hay de tipo digital (EIS) y ópticos (OIS), generalmente más efectivos que los primeros. Averigua también si tu móvil tiene botón disparador o permite disparar con las teclas de volumen, ya que generalmente permite un agarre más cómodo.
Conocer las especificaciones es un buen punto de partida, pero no hay que olvidar que para conocer bien el hardware, lo mejor es probarlo. La experiencia es siempre el método más efectivo a la hora de conocer los puntos fuertes y débiles de la cámara.
...y tu software
Si conocer el hardware es un paso clave, investigar y trastear por el software es igual de importante. El modo automático viene muy bien para casos en los que no nos podemos detener a configurar ningún ajuste, pero hay opciones que pueden ayudar mucho a mejorar las fotos y conocerlas es un aspecto primordial.
Dentro de la aplicación de la cámara podrás encontrar todas las opciones disponibles como por ejemplo los modos de escena o el modo manual, cada vez más extendido hasta en móviles sencillos. Si tenemos más tiempo de preparar la toma es interesante jugar con valores como la exposición, el ISO o el balance de blancos para conseguir efectos concretos. Eso sí, si la cámara permite aplicar filtros directamente mejor evitarlos y aplicarlos más tarde con un software de edición.
También es importante conocer y probar el modo HDR, una función que nos salvará más de una foto con grandes diferencias de contraste, pero que no funciona del todo bien en todos los dispositivos. Otro aspecto imprescindible es la configuración de la resolución ya que hay casos en los que puede que no estemos aprovechando el máximo que te ofrece tu sensor.
Igual que en el hardware, lo mejor para conocer a fondo el software es hacer pruebas y más pruebas hasta sentirnos cómodos y hallar esas configuraciones que mejor funcionan.
Limpia la lente
Vale, esto es de cajón, pero a veces se nos olvida y nos solemos dar cuenta al ampliar las fotos. Teniendo en cuenta que el móvil siempre está siendo manoseado, la lente se ensucia fácilmente y hay que limpiarla con la misma frecuencia.
Lo mejor es usar una gamuza especial, pero lo normal es que no llevemos una encima. En ese caso una camiseta de algodón suave puede servirnos, siempre frotando con cuidado de no rayar la lente.
Usa luz natural siempre que sea posible
La fotografía es posible gracias a la luz, de ahí que esta sea el aspecto más importante y que más condicionará el resultado obtenido. Además, como ya adelantábamos al principio, uno de los puntos débiles de las cámaras en general y las de los móviles en particular, es que no se desenvuelven bien en condiciones de poca iluminación.
Teniendo esto en cuenta, lo mejor es trabajar con luz natural siempre que sea posible, incluso si no estás en el exterior. La imagen superior fue tomada dentro de una habitación por la mañana y la luz que entraba por la ventana era abundante pero difusa, creando sombras muy suaves y consiguiendo un resultado muy armónico.
No siempre será posible conseguir luz natural, pero si estás en un interior trata de buscar las mismas claves: luz abundante y preferiblemente difusa como se aprecia en la imagen sobre estas líneas.
Cuidado con los contrastes
Una iluminación dura y contrastada como la de las horas centrales del día puede ser un recurso interesante para crear contrastes marcados si la cámara es capaz de mantener un balance relativamente equilibrado entre luces y sombras como vemos en la foto superior, tomada con el Sony Xperia X Compact.
Sin embargo, puede suponer un problema si estamos usando un móvil sencillo cuya cámara no es capaz de representar un rango dinámico muy amplio. Lo notaremos sobre todo cuando hay grandes contrastes entre luz y sombra, haciendo que a menudo las luces aparezcan quemadas y se pierda detalle en las sombras.
Como decíamos, el modo HDR puede ser un gran aliado para salvar la foto, pero no siempre hace milagros y hay casos en los que el resultado es excesivamente artificial. Aquí lo mejor es lo que comentábamos: probar, probar y probar.
Y mucho ojo con los contraluces
Los contraluces también pueden ser un bonito recurso en algunas situaciones como la que vemos sobre estas líneas. El fondo aparece quemado pero la luz se degrada de forma suave y el efecto 'siluetas' resulta muy atractivo. Sin embargo, hay que cuidar este tipo de escenas en las que la luz llega de frente ya que el resultado puede ser muy distinto.
Aquí un ejemplo claro de un contraluz que habría sido mejor evitar ya que ni con el modo HDR conseguimos mejorarlo. Lo dicho, los contraluces pueden ser un recurso interesante, pero mucho cuidado que los carga el diablo.
Evita usar el flash
El flash LED que viene integrado en la mayoría de móviles produce una luz demasiado dura que genera sombras muy marcadas y rara vez será útil, así que evita usarlo en la medida de lo posible, y si lo haces que sea porque no hay más remedio.
La imagen fue tomada durante el día en una habitación interior a la que no llegaba demasiada luz. Si ampliamos al máximo la imagen de la izquierda (sin flash) se aprecia el clásico efecto ruido, pero es preferible antes que disparar con flash. El resultado habla por sí solo.
En fotos nocturnas o con poca luz usa trípode (o busca un apoyo)
Ya hemos dicho que la falta de luz es uno de los puntos débiles de las cámaras de nuestros móviles, por eso, si vas a disparar de noche o en condiciones complicadas (por ejemplo al atardecer) siempre es mejor tener un apoyo sólido.
Si no tienes trípode, hay que tratar de apoyarnos sobre algo para fijar el dispositivo y que los temblores de la mano no estropeen la foto, que es lo que pasó en la imagen de la izquierda. Si no tenemos ninguna forma de fijar la cámara sólo te queda confiar en nuestro pulso (consejo: contener la respiración suele ayudar).
La cuadrícula es tu amiga
La composición es otro aspecto clave de una buena foto y con la cuadrícula resulta más sencillo ajustar la escena, por ejemplo al hacer una foto de un paisaje. Un horizonte inclinado puede estropear una foto preciosa, de ahí que tener una guía sea importante. La mayoría de móviles cuentan con la opción cuadrícula, navega entre los menús y actívala para que las composiciones sean más estables.
La simetría como recurso
Si la escena que vamos a fotografiar se presta, las simetrías siempre dan muy buen resultado. Pero eso sí, hay que asegurarse de que queda totalmente equilibrada ya que de lo contrario nos cargaremos el efecto. La arquitectura de la imagen superior no fue fácil de encuadrar, pero de nuevo la cuadrícula resultó muy práctica.
Aquí vemos otro ejemplo de escena simétrica, en este caso con líneas muy marcadas que se concentran en el punto de fuga situado al centro de la imagen, otro recurso muy interesante que aporta más profundidad a la escena.
Juega con los reflejos
Un recurso que está relacionado con la simetría son los reflejos. Si fotografiamos escenas con grandes masas de agua, también podemos jugar con el reflejo que se genera y que crea una ilusión de repetición muy interesante como la de estas imágenes.
Aprovecha la perspectiva
Los planos frontales están bien, pero en muchos casos resultan aburridos. Jugar con la perspectiva es un recurso muy interesante a explorar al hacer fotos con el móvil ya que crean recorridos visuales dentro de la propia composición y dan sensación de profundidad.
En la imagen de la izquierda se aprecia claramente como la perspectiva aporta más dinamismo a toda la escena, mientras que la imagen de la derecha resulta demasiado plana.
Muévete
Si analizamos todas las fotos que hacemos con el móvil, seguro que la gran mayoría las disparamos estando de pie con el móvil a la altura de los ojos. Pero si siempre disparamos las fotos desde el mismo punto de vista será difícil conseguir resultados diferentes.
Algo tan simple como agacharnos a la altura del suelo puede hacer que una foto bastante clásica como la de la izquierda se convierta en un plano mucho más interesante. Aunque siempre podemos ir más allá.
Sé atrevido
Cambiar la altura del punto de vista como veiamos en el ejemplo anterior es una opción para salir de la clásica foto convencional, pero hay muchas más posibilidades. Los planos picados o contrapicados también pueden dar ese toque más 'cool' a una foto que de otro modo sería demasiado clásica, y si nos vamos a un plano cenital (desde arriba) o nadir (desde abajo) el efecto es todavía más llamativo.
Recuerda: no hay que centrarlo todo
Hablábamos de que una composición simétrica y equilibrada puede ser un recurso muy interesante, pero no siempre es la mejor opción. A menudo tendemos a colocar el objeto o sujeto fotografiado en el centro de la composición, pero hay muchos casos en los que resulta más interesante desplazar ese centro.
En la serie de imágenes de arriba se pueden ver las diferencias entre un encuadre tradicional y bastante soso hasta conseguir un resultado mucho más dinámico. En lugar de sólo centrar el objeto, al buscar un encuadre distinto se da también protagonismo a las líneas rectas de la mesa y esa diagonal tan marcada que crea la sombra.
Aquí otro ejemplo en el que el motivo fotografiado está desplazado del centro de la imagen y, a pesar de ello, se consigue un efecto muy interesante. La masa oscura, casi negra de la derecha también tiene mucho peso y equilibra la composición.
Igual que los silencios en la música, en fotografía, el espacio vacío también forma parte de la composición. Así que olvidémonos de tener que llenar siempre el encuadre o colocarlo todo en el centro.
Macrofotografía: el poder de los detalles
La macrofotografía es toda una categoría fotográfica en sí misma. Consiste en captar objetos o detalles muy pequeños y ampliar su escala, creando un efecto muy llamativo y que, si nos acercamos mucho, puede resultar casi abstracto.
No todos los móviles nos permiten acercarnos tanto, pero sí que dan cierta flexibilidad para conseguir efectos de este tipo. La foto superior, tomada con un Samsung Galaxy S7, tiene como protagonista la repetición a modo de fractal de las hojas de una planta.
Una de las características de la macrofotografía es el desenfoque que se crea entre la figura y el fondo. Este efecto, también conocido como bokeh, destaca el objeto en primer plano y aporta un toque más dramático a toda la imagen.
Paciencia vs espontaneidad
Son dos de las claves más básicas para el fotógrafo y hay que saber cuándo usar cada una de ellas. Por un lado tenemos la paciencia, necesaria para conseguir imágenes como la de la izquierda, en la que tuve que esperar y probar un buen rato hasta conseguir capturar el momento en el que una ola rompía.
Sin embargo, hay momentos en los que, como en la imagen de la derecha, no tenemos tiempo de prepararnos y sólo podemos disparar. Si la hubiera preparado, quizás el encuadre estaría más recto y no saldría la camiseta en el fondo, pero entonces habría perdido el instante del bostezo del gato.
Nunca hagas zoom (si no es óptico)
Igual que el flash, hacer zoom con un móvil suele estropear la foto en la inmensa mayoría de los casos. A menos que tu móvil tenga zoom óptico, que no es lo habitual, hay que evitar ampliar la foto antes de disparar ya que sólo conseguiremos perder calidad.
En el caso de que el dispositivo tenga una resolución bastante amplia, como por ejemplo los 23 megapíxeles del Xperia X Compact, lo mejor es disparar la foto normal y después recortar un detalle con alguna app de edición.
Los selfies también pueden ser creativos
Cuando nos hacemos selfies lo tenemos un poco más complicado a la hora de encuadrar ya que sólo podemos llegar hasta donde nos deje nuestro brazo, pero siempre hay opciones de jugar con el ángulo desde el que disparamos.
Elegir un fondo más o menos homogéneo y hacer un gesto diferente pueden ser otra posibilidad para que un selfie no parezca el típico selfie. Y recuerda, siempre puedes editarlo después de disparar, lo que nos lleva al siguiente punto.
Editores de fotos, esos grandes aliados
Hemos hablado de conseguir composiciones equilibradas, pero hay veces que, por prisas o porque no nos fijamos demasiado, la imagen sale torcida como vemos en la foto de la izquierda, pero no es nada que no podamos arreglar con una app de edición.
La oferta de apps para editar fotos es enorme y, además de retocar el color o la exposición, también nos permiten ajustar el encuadre hasta conseguir una composición más equilibrada y estable.
Los filtros también son un recurso muy usado a la hora de editar fotos, pero aquí hay que tener mucho cuidado ya que pueden acabar estropeando la imagen o crean efectos demasiado forzados. Lo mejor es editar la imagen de forma manual para elegir los valores nosotros mismos y que no salgan áreas quemadas o demasiado saturadas.
Si quieres saber más sobre apps para retocar tus fotos, no te pierdas nuestro análisis de los mejores editores de fotos para Android.
Haz muchas fotos
Rara vez conseguiremos la foto perfecta a la primera, así que lo mejor es armarse de paciencia y explorar distintas opciones. Después podemos entretenernos en repasar todas las tomas hasta encontrar la que mejor ha salido.
Dicen que Roma no se construyó en un día y, para hacer una buena foto, aunque no necesitaremos días, sí es importante disparar y disparar hasta conseguir el resultado deseado."
Fuente: xatakandroid.com
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